EL PERIÓDICO 07/10/2014
La indemnización, impuesta por los tribunales, se une a la condena a una ginecóloga del hospital Obispo Polanco de Teruel, donde tuvo lugar el parto, que ha sido multada con 1.200 euros por una falta de lesiones por imprudencia grave.
Los hechos se remontan a noviembre del 2011, cuando una mujer de una localidad cercana a Teruel acudió al Obispo Polanco para realizar un parto programado. Mientras esperaba se produjo una bradicardia en el bebé (bajada a menos de 100 pulsaciones por minuto con falta de aporte de oxígeno) y la ginecóloga decidió realizar la cesárea urgente. Sin embargo se produjo un "grave retraso" en la intervención, pues se tardaron 35 minutos en realizarla "cuando la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) establece un máximo de 30".
Como consecuencia, el bebé habría nacido con "graves secuelas que implicaron un grado de minusvalía del 77%", así como un grado III de dependencia (el máximo).
Debido a estas secuelas, el bebé precisó tratamiento médico continuado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza y otros centros médicos, así como atención las 24 horas del día. Finalmente falleció a mitad del año 2014 "a causa de las lesiones que sufría".
Los padres acudieron a la Asociación El Defensor del Paciente, que interpuso una denuncia. Ayer, el Juzgado de lo Penal número 1 de Teruel y la ginecóloga aceptaron la petición del fiscal y la acusación particular de ser condenada por una falta de lesiones por imprudencia grave con una multa de 1.200 euros.
Las lesiones en el parto por falta de oxígeno en el bebé producen graves secuelas en caso de que los profesionales médicos no realicen la cesárea con la rapidez que precisan estos casos. La asociación está tramitando otros cuatro casos de hipoxia en el parto producidos en hospitales aragoneses.
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